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Pruebas de drogas en el ámbito familiar: ponerlas en práctica

Pruebas de drogas en el ámbito familiar: ponerlas en práctica

 

En nuestro post anterior, "Esos padres que practican una prevención activa contra las drogas", es posible que haya descubierto el principio de la "prevención activa", es decir, que los controles regulares de drogas pueden actuar como elemento disuasorio cuando un adolescente tiene la oportunidad de probar una droga. Ahora sería interesante ver algunas soluciones prácticas.

¿Es adecuado para mí?

Ante todo, debe ser capaz de responder a esta pregunta. Todas las familias son diferentes y no existe una fórmula mágica para tratar el tema de las drogas con los adolescentes.

Para usted, la cuestión principal es saber si este tipo de medida disuasoria puede ser eficaz en su propia familia. Nadie conoce a su familia mejor que usted y nadie puede responder a esa pregunta por usted. Pero si cree que la perspectiva de verse atrapado en una prueba podría hacer que sus hijos adolescentes dejaran de consumir drogas, entonces la Prevención Activa podría ser muy eficaz.

Primer paso: hablar y explicar

El primer paso en la prevención es dialogar y escuchar en familia. Es vital explicar a los adolescentes qué son las drogas y cuáles son sus peligros. Es importante que comprendan que algunas sustancias no son tan inocuas como "todo el mundo sabe". Por ejemplo, tienen que saber que la marihuana de los años 70 no tiene nada en común con la marihuana disponible hoy en día, que es nada menos que un OMG con un aumento extremo de sustancias activas. Los productores utilizaron las mismas técnicas que los fabricantes de cigarrillos y se propusieron hacer sus productos lo más adictivos posible. En cuanto al hachís (resina de cannabis), a menudo es de mala calidad y está cortado con un gran número de sustancias tóxicas (plástico, neumáticos derretidos, henna, etc.).

El siguiente paso es explicar que las pruebas periódicas son simplemente una nueva norma en casa. Del mismo modo que ya se comprueban los resultados escolares, la dieta, las páginas web visitadas, etc., ahora se comprobará que no se tomen drogas.

Las cartas sobre la mesa

Es muy importante que sus hijos no se sientan atrapados. Cuando hable con ellos sobre el tema, es posible que ya hayan probado cigarrillos, porros o cualquier otra cosa, y algunos de ellos incluso podrían dar positivo si se les sometiera a la prueba inmediatamente. Así que en lugar de pedir la primera prueba de sopetón, es esencial anunciar de antemano que las pruebas tendrán lugar en breve. Anunciar, por ejemplo, que las pruebas se llevarán a cabo a partir del mes que viene establecerá un plazo claro.

La mejor manera de establecer un nuevo conjunto de normas en el que todos tengan las cartas sobre la mesa es que todos lo sepan de antemano. Es más, si sus hijos adolescentes ya tienen motivos para creer que darán positivo en una prueba, no olvide por su parte que cualquiera puede cometer un error de este tipo algún día. Lo más importante es que tengan tiempo de comprender y aceptar que las drogas están totalmente prohibidas y que usted tome las medidas necesarias para que se respete esta norma. Anunciar con antelación las pruebas que se llevarán a cabo en un futuro próximo también ayuda a madurar a sus hijos adolescentes dándoles la oportunidad de reaccionar como adultos. Esto les da tiempo para dejar de beber definitivamente y poner a cero su contador metabólico.

A continuación, haga la prueba

Si se trata de una prueba de orina, el donante se aísla y deposita unos mililitros de orina en un vaso de plástico. A continuación se sumerge la prueba durante unos segundos y se espera el resultado durante 5 minutos. Es muy importante que la persona que se somete a la prueba esté presente cuando se realiza la prueba y aparecen los resultados. No se trata de un análisis médico, sino de un ejercicio de prevención familiar en el que los padres y su hijo deben estar presentes y participar juntos, con total transparencia.

La prueba es negativa

Es lo mejor que se podía esperar. Sin duda significa que la norma se cumple y que sus hijos saben cómo resistirse a la tentación. No obstante, en el marco de una prevención activa a largo plazo, se seguirán realizando controles periódicos para mantener un alto nivel de vigilancia y disuasión.

La prueba es positiva

Si estaba llevando a cabo una prevención simple y este resultado es inesperado, entonces tiene motivos para considerarse afortunado, porque sin duda aún está a tiempo de darle la vuelta a la situación antes de que surja un verdadero problema de adicción. No todos los padres tienen la suerte de poder adelantarse a la adicción. Muchos se dan cuenta de que tienen un problema con las drogas debido a cambios físicos y de comportamiento notables, que no son más que los síntomas visibles de una adicción que ya se ha instalado.

Si, por el contrario, usted esperaba este resultado, entonces tiene en sus manos algo tangible que su hijo adolescente no podrá negar. Es cierto que usted no estaba allí para ver a sus hijos fumar marihuana o tomar cocaína, pero tiene la prueba de que ocurrió. Tendrán que hablar de ello con usted.

Obviamente, no tiene sentido culpar a sus hijos por mentirle. La ocultación y la mentira son inherentes al problema de las drogas. Cuando los adolescentes empiezan a consumir drogas, saben perfectamente que están infringiendo las normas. Por lo tanto, se verán obligados a mentir si se les pregunta al respecto, incluso en las familias en las que existe la mayor confianza y diálogo. Mentirán a sus padres igual que se mienten a sí mismos. Demasiado a menudo convencidos de que controlan totalmente su consumo, de que no tienen ninguna adicción y de que pueden dejarlo cuando quieran, muchos jóvenes se dan cuenta demasiado tarde de que han perdido el control y de que las drogas han dejado de ser para ellos un "pequeño placer" para convertirse en una verdadera necesidad psicológica y física.

Así que intente aprovechar esta oportunidad para renovar el diálogo, evitando cualquier forma de reproche o reacción agresiva. Tranquilice a su hijo en la medida de lo posible y demuéstrele que el cielo no se va a caer ahora que usted lo sabe. En estos casos, los reproches suelen ser inútiles, ya que la adicción puede ser mucho más poderosa que la lógica y la serenidad. Demuéstrele a su hijo que usted no es su enemigo y que está dispuesto a ayudarle o incluso a conseguirle ayuda profesional si es necesario.

Puede que algunos adolescentes intenten rechazar esta ayuda alegando que "de todas formas, no entiendes nada". No están necesariamente equivocados. Cualquiera que no haya experimentado el dolor de la drogadicción tendrá dificultades para formarse una imagen realista. La mejor manera de ayudarles será a menudo conseguir que acepten el principio de una consulta con un profesional de la adicción.

Una consulta de adictología permitirá a sus hijos hablar con especialistas en la materia, que a menudo serán capaces de encontrar el enfoque y las palabras adecuadas para conseguir que admitan que existe un problema y consideren formas de superarlo.

En caso de una prueba positiva, es esencial que se realice un análisis de laboratorio más detallado, es decir, cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas (CG/EM). Este análisis confirmará su prueba y le proporcionará una dosificación precisa de la droga. Una vez confirmado el resultado, consulte a un profesional sanitario (médico de familia, toxicólogo, etc.) para que le asesore. Se supone que ningún padre sabe cómo tratar un problema de drogas con sus hijos. Las drogas son un problema extraordinario, un verdadero mundo aparte; no dude nunca en buscar ayuda para saber y comprender cómo ayudar a sus hijos en estas situaciones.

También puede obtener ayuda de las asociaciones especializadas en la lucha contra las drogas y la drogadicción. Estas asociaciones ofrecen apoyo diario a los padres que se enfrentan a este tipo de problema. Podrán darle los consejos y el apoyo que necesita.

Fundador y director de Kappa City Biotech desde 2005. A través del blog DrogaNoticias, comparto mi experiencia sobre cómo afrontar los problemas relacionados con las drogas y el alcohol, tanto en la familia como en el trabajo.